¿ POR QUÉ SOY A.J.E.F. ?
PORQUE Sin haber arribado a la mayoría de edad, pues paso de los 14 y aún no llego a los 18 o 21, según lo indicado por la Constitución del país en donde vivo, siento la inquietud de mi condición de ser humano y me intereso intensamente por todo lo que me rodea y conmigo se relaciona.
PORQUE Deseo llenar cumplidamente mi papel en el mundo, estructurando una personalidad definida y acabada, que me distinga convenientemente; por eso me apresuro a participar en el desenvolvimiento de la vida, en consciente determinación, como hombre y no como objeto.
PORQUE Siento por el hombre como hermano, y no me es ajena ni indiferente la humanidad.
PORQUE No me es dable encerrarme en mi bienestar personal, cuando muy cerca oigo voz de dolor y la desgracia ajena.
PORQUE Ardo en anhelo de gastar el cúmulo de energías que engendra mi juventud, en acción que no se consuma sin provecho, sino útil y produzca bienestar.
PORQUE Observo a mi padre y soy testigo de sus inquietudes y de sus afanes en la lucha por la vida y quiero ser copartícipe de esas inquietudes y de esos afanes y aligerarlo, en cuanto me sea posible de la carga que gravita sobre él.
PORQUE Aspiro a que mi madre, al abrasarme cariñosamente, lo haga con orgullo y satisfacción, viéndome actuar con eficiencia.
PORQUE En el gran programa de la vida debemos ser abeja laboriosa que liba la miel del amor fraternal y de la cordialidad, y no zángano de ociosidad parásita o comején destructor.
PORQUE La acción colectiva, aunando voluntades y uniendo propósitos, con vistas a una finalidad utilitaria común, es más ventajosa que la acción individual, aislada y desarticulada; por eso me hice A.J.E.F. para que, codo a codo y corazón a corazón, juntarme a aquellos que piensan como yo y sienten también deseos de satisfacer idénticas necesidades.
POR ESO SOY AJEF Y SOY AJEF
PARA Reverenciar en el Gran Arquitecto del Universo, que es Dios, el principio generador que revela la inferioridad del hombre ante la majestad del cosmos; y profesar la religión que acoge a mi fe, sin que me sea lícito combatir y perseguir a los que no sientan como yo, porque debo y aspiro a ser Tolerante.
PARA Esclarecer el error, convenciendo al equivocado.
PARA Combatir toda clase de intolerancia y fanatismo, haciendo que triunfe la Razón y la Justicia. Lucharé para librar al oprimido de su opresión y al ignorante de su ignorancia.
PARA Vivir cordialmente en cooperación inteligente y útil con el otro hombre, sin que sea impedimento para ello las diferencias de rangos sociales, de razas o de ideologías, porque si bien es verdad que no existe la igualdad matemática entre los hombres porque no existen dos hombres iguales, no es menos cierto que tenemos idéntico derecho de vivir y todos aspiramos a una común finalidad: La Felicidad.
PARA Obtener esa felicidad que es relativa, dada la propia desigualdad del hombre, pero que no se puede adquirir por medio del crimen, la ignorancia, la traición, el deshonor, la mentira y las apostasías.
PARA Engrandecer y enaltecer a mi Patria y servirla inclusive, con las armas en las manos, ante la agresión extraña como reacciona el individuo ante el ultraje y la ofensa gratuita; pero nunca para agredir a la Patria vecina, satisfaciendo deseos deleznables de conquista, porque antes que todo debo ser respetuoso del derecho ajeno.
PARA Bregar tesoneramente formando parte de esa "conciencia colectiva mundial", que debe estar siempre despierta para protestar por las guerras y agresiones injustas de las naciones, aunque las mismas no afecten a nuestra Patria; y procurar la más absoluta compenetración de los pueblos, en sus múltiples relaciones de economía, de cultura, que afianza la "PAZ MUNDIAL".
PARA Atender a mi desarrollo físico, cuidando de mi cuerpo, por medio de la práctica de los deportes, que responda al entusiasmo de mi espíritu y resista las exigencias de mi alma, y calmar sus inquietudes satisfaciendo las más primordiales necesidades espirituales; y también para cumplir el precepto latino "mente sana en cuerpo sano", participar en las lides deportivas con un alto espíritu de competencia, limpiamente, por medio del cual la victoria no resulta manchada por ventajas obtenidas de un modo vil y deshonesto, sino que sea colofón del esfuerzo desplegado de superación.
PARA huir de los vicios que corroen el alma y depauperan el cuerpo, que embrutece al hombre y lo aproximan a la animalidad originaria.
PARA Por medio de la voluntad, practicar la temperancia en todos los goces, materiales y espirituales; porque aunque soy humano, no debo olvidar que los excesos conducen a la destrucción y a la infelicidad.
PARA Ser moderado en lenguaje, conducta y acciones, ya que la buenas maneras producen una impresión grata a los demás e influyen favorablemente a que se tenga un buen concepto de nuestra propia persona.
PARA Ser discreto, no exhibiendo mis llagas y mis defectos, ni hacer ufana ostentación de mis virtudes y de mis triunfos.
PARA sentir piedad por el caído; simpatía por el débil; y perdón por el que nos odia gratuitamente.
PARA Que el fracaso no signifique meta de nuestros esfuerzos, sino estímulo para nuevos intentos.
PARA Ser bondadoso con los humildes y no turbarme en el trato con los poderosos.
PARA Saltar sobre el fango de la envidia, del odio y de la maldad, con la serenidad del justo y la majestad del decoro y la dignidad.
PARA amar y defender la Libertad, ya que la esclavitud denigra y rebaja mi condición de hombre.
PARA Ser moral en todas mis determinaciones como imperativo de mi condición de ser social, por vivir conjuntamente con los demás hombres en comunidad.
PARA En fin, sentir hondamente, con la firmeza del convencido, los principios y enseñanzas de la MASONERIA.