Masonería para Todos

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miércoles, 9 de abril de 2008

LAS GUILDAS Y GREMIOS DE ARTESANOS

Por : Iván Herrera Michel

LOS CONSTRUCTORES SE VUELVEN SECULARES
Bajo la protección de los abades encontramos las primeras evidencias de una premasonería primitiva, fruto de la renovación del conocimiento y las técnicas de la construcción, en momentos en que tal como dice J. G. Findel: "... al lado de los monjes arquitectos aparecieron arquitectos laicos...".
Estos hombres, dedicados al oficio de construir, ligados al principio a las órdenes monásticas, principalmente a las de Cluny y del Cister, se organizan en las primeras asociaciones gremiales. Es el momento de la aparición de los antecedentes de las corporaciones de la baja Edad Media, de las que evolucionaría la Masonería Operativa.
De las primeras preocupaciones de estas asociaciones de constructores está la de dotarse, desde un principio, de un estatuto por el cual repartirse las cargas de trabajo, organizar la incorporación de nuevos miembros, fijar la paga e indemnizarse solidariamente por las pérdidas que pudieran sufrir en sus propiedades, etc.
Estas normativas siempre fueron acompañadas con una historia del gremio que les servía de inspiración y guía religiosa.

APARECEN LOS GREMIOS DE COMERCIANTES O GUILDAS
En la alborada de la baja Edad Media, y como producto del crecimiento comercial que acompañó al cambio de milenio, y el crecimiento deltamaño y la importancia de las ciudades y villas, aparecen en la vida económica europea, unas agrupaciones sociales, caracterizadas por la búsqueda común de un interés mercantil específico, denominadas Gremios.
Estos nuevos agentes económicos se dividen de acuerdo a laclasificación estamental de la sociedad en Gremios de Comerciantes yposteriormente Gremios de Artesanos, y su vigencia en Europa semantiene desde el siglo X hasta el XVII.
Sin embargo, durante los siglos XI y XII, estas organizaciones no sondel todo independientes. Los Estatutos por los cuales debían regirseles eran impuestos por el poder político municipal y su autonomía soloera para las cuestiones del arte que practicaban.
Al principio, la actividad de estos Gremios era un tanto sedentaria yse encontraba focalizada en un determinado centro urbano con tímidas proyecciones a las ciudades vecinas. Con la dinamización del comercio poco a poco comienzan a organizarse caravanas o expediciones comerciales a sitios cada vez más lejanos, bajo el liderazgo de un jefe y el cumplimiento de unos reglamentos, que establecían normas desocialización, mutua ayuda frente a los peligros que pudieranpresentarse, y formas de dirimir los conflictos internos.
Estas expediciones comerciales se conocerían en los países de habla germana como Guildas y/o Hansas, y en el sur de Europa como Caritas o Fraternitas. Lo normal es que los largos viajes compartidos, elinterés común en una ganancia económica y la convivencia permanente hicieran que entre los miembros de estos Gremios se produzca una cercana amistad que se extendería a sus círculos sociales y familiares. Es precisamente en un documento proveniente de una Guilda, del año 1292, cuando se menciona por primera vez el término "Logia", haciendo referencia al sitio de reunión de sus miembros.

Así organizados, los Gremios de Comerciantes van ganando en monopolización de su respectiva actividad mercantil y en importancia frente a los señores feudales, que hasta entonces concentraban todo elpoder en las ciudades.
Este poder se ejerció cada vez más sin timidez, de tal forma, que con el paso de los años controlaron los bienes de producción y la comercializació n de los productos.
A los comerciantes que no eran miembros del Gremio se les cobraba mayores impuestos. Los que sí pertenecían a ellos adquirieron influencia política y realizaron alianzas con comerciantes de otros centros de producción o comercializació n, logrando la penetración de otros mercados y el aumento de ganancias.
Hacia los siglos XIV y XV, los Gremios de Comerciantes enfrentan su mayor amenaza: aparecen los Gremios de Artesanos, los cuales terminaron monopolizando la producción y venta de bienes, arrojando como consecuencia la pérdida de protagonismo e importancia de los primeros, hasta que finalmente desapareció el control que tenían sobre el comercio y se extinguieron hacia finales de la Edad Media.

LOS GREMIOS DE ARTESANOS
También conocidos como Corporaciones de Oficios. Son entidades asociativas o societarias que aparecen en la Europa del siglo XII, sobre todo en Italia, Alemania y Francia, como una respuesta
contestataria al monopolio de los Gremios de Comerciantes y con el ánimo de defenderse precisamente de ellos. En Italia se les conoce como Arte, en Alemania como Zünft o Innung, y en Francia como Corporation de Métier.
La mayoría de los Gremios de Artesanos estaban constituidos por hombres, como correspondía a la cultura cristiana medieval en la que los varones poseían y ejercían muchos más derechos de los que llegaron a tener las mujeres. Sin embargo, en una sociedad sólidamente categorizada existían oficios reservados para las mujeres, como por ejemplo los relacionados con el bordado y el tejido. Fueron famosas las Corporaciones de Tejedoras en el siglo XV, de las que incluso se desprende en apariencia una rama Masónica poseedora de un rito derivado de las herramientas del bordado y no del de la construcción.
En algunos Gremios de Artesanos cuyos oficios tradicionalmente eran desempeñados por hombres, era lícito admitir mujeres, como un privilegio especial otorgado a las viudas y huérfanas de los miembros que hubieran fallecido o en virtud de una circunstancia excepcional.
Estas Corporaciones de Oficios se establecieron alrededor del castillo feudal o en las afueras de las ciudades para realizar actividades artesanales. En su apogeo, tuvieron gran influencia política y social, y al parecer, su origen primigenio se encuentra en las Cofradías religiosas fundadas inicialmente con el objeto de venerar al santo patrón de los oficios. Por ejemplo, el de los joyeros en torno al culto de San Ives. El punto crítico se presentó cuando empezaron a preocuparse por las necesidades económicas de los cofrades.
Poco a poco estos Gremios de Artesanos fueron concentrando el monopolio de sus oficios, sobre el que llegaron a ejercer un poder absoluto en muchas ciudades europeas, y estratificaron a sus miembros de acuerdo a sus destrezas y conocimientos en tres clases: Aprendiz, Compañero u Oficial y Maestro. El artesano que no perteneciera al Gremio dominante no podía hacer su trabajo en la jurisdicción de este.
La voz cantante en los Gremios de Artesanos la llevaban los Maestros, que más que funcionarios, eran propietarios de la unidad económica, de las materias primas y controlaban la comercializació n del producto.
Estos Maestros tenían tantos aprendices y oficiales como lo aconsejaran las necesidades de los trabajos contratados.
Un Taller era al mismo tiempo una escuela. Dentro del Gremio de Artesanos, los aprendices se iniciaban en el oficio de la mano delMaestro y mientras duraba el proceso de aprendizaje solo recibían comida y alojamiento. Muchas veces vivían en la misma casa o taller del Maestro. Cuando el Maestro consideraba que el Aprendiz ya había asimilado lo que le correspondía, lo convertía en Oficial con un sueldo fijo, para posteriormente, mediante la ejecutoria de un trabajo
al que se le denominaba Obra Maestra, acceder al rango de Maestro.
Naturalmente, los Maestros no estaban ansiosos por aumentar su competencia y ceder parte del mercado que dominaban, por lo que cada vez las trabas y las pruebas eran más difíciles de superar para los Oficiales.
Con el tiempo, ya en los siglos XIV y XV, los Oficiales se fueron confabulando para exigir mayores sueldos y condiciones de trabajo, llegando hasta el extremo de incluso organizar huelgas. De estas
asociaciones de Oficiales de los Gremios de Artesanos se dice que son los antecedentes más directos de los sindicatos.
Los Gremios de Artesanos llegaron a establecer condiciones al mercado a partir de su posicionamiento monopolístico: precio único de bienes y servicios, salarios regulados, márgenes de utilidad controlados, jornada laboral, y estándares de cantidad y calidad de los productos a
elaborar y precio de los bienes y servicios finales. Esto trajo consigo la eliminación de la competencia y el no mejoramiento de técnicas. Por ejemplo: Hacia el año 1300 el Gremio de los Tintoreros de la ciudad de Derby, en Inglaterra, había logrado que nadie más pudiera teñir dentro de un radio de 10 leguas a la redonda. En el siglo XIV los Gremios de Artesanos participaban en el poder político de las ciudades cuyo comercio habían controlado. Y el asunto no es de poca monta ya que para la misma época en París existían más de 130 Gremios de oficios, entre ellos el de los Médicos.
Para un mayor control sobre las Corporaciones de Oficio, cada una de ellas se organizaba sobre unos Estatutos, los cuales buscaban principalmente asegurar unas relaciones comerciales monopolísticas y reducir la iniciativa individual, el libre comercio y el desarrollo de la industria independiente.
Los Estatutos señalaban, en la mayoría de los casos, las siguientes prescripciones, redactadas en un lenguaje religioso de corte judeocristiano, acorde con el contexto social de la Edad Media, en
donde el cristianismo poseía un gran poder político y económico:
1) Jerarquizació n de la Corporación en los niveles de Maestro, Compañero (Oficial) y Aprendiz;
2) Reglamentació n de las relaciones de trabajo, con énfasis en la protección del Maestro;
3) Prohibición del trabajo nocturno para garantizar la calidad del producto;
4) Descanso dominical por razones religiosas;
5) Prohibición del trabajo a domicilio para no fomentar la competencia;
6) Fijación de los salarios a los Compañeros; y
7) Diseño de un rígido sistema de valores relacionados con la moral pública y privada de sus miembros.
El monopolio de los Gremios de Artesanos comienza a decaer con el advenimiento del capitalismo como nuevo sistema económico que permite la producción a mayor escala, favoreciéndose de paso la creación de más canales expeditos de distribución y nuevas técnicas impulsadas por la mayor competencia entre actores de diferentes mercados.

Los Gremios de Artesanos fueron desapareciendo, o sobreviviendo al incorporar a nuevos miembros que sin ser operarios del Oficio respectivo, sí desempeñaban labores, profesiones u oficios relacionados con el objeto inicial del Gremio, tales como proveedores de materiales o insumos, abogados, médicos del gremio, contratistas, etc.
Es decir, que entre el siglo XVI y comienzos del XVIII, solo sobrevivían en Europa los Gremios de Artesanos que tomaron la decisión de transformarse en asociaciones económicas sectoriales. Entre ellos, algunos Gremios de Constructores, llamados también Masones, devotos de San Juan Bautista, que fueron admitiendo en su seno durante todo el siglo XVI a miembros no albañiles en calidad de "Aceptados".
Un ejemplo ilustrativo acerca de la forma en que funcionaba en el Renacimiento la habilitación de los nuevos Maestros y su vinculación a los Gremios lo constituye la preparación de Leonardo Da Vinci para contratar legalmente en Florencia.
Fruto de los amores juveniles de un futuro notario de la República de Florencia con una humilde campesina, y adoptado posteriormente por el matrimonio de su propio padre a la edad de cuatro años, Leonardo ingresó en 1465, con 13 años de edad, en calidad de aprendiz, al Taller de Andrea del Verrochio, uno de los más grandes artistas florentinos.
Verrochio, a su vez, había comenzado su vida de Maestro como orfebre, pero después de haber trabajado en Roma para el Papa Sixto IV, se radicó en Florencia y montó un Taller que le proporcionó dinero y fama.
Además de limpiar y asear el Taller, Leonardo debía preparar las tablas para pintar, moler las tierras y pigmentos, preparar el barniz y realizar toda clase de trabajos mecánicos.
Leonardo contó con la suerte de prepararse en un Taller polifacético, pues al prestigioso maestro Verrochio le confiaban la elaboración de objetos de bronce y plata, bajorrelieves para altares, esculturas, pinturas religiosas, etc. Incluso trabajos de ingeniería y arquitectura. La esfera de cobre dorado que corona la cúpula de la catedral Santa María del Fiore, la patrona de Florencia, es fruto de su afamado Taller, y a Leonardo le correspondió aplicar la soldadura de la obra.
En 1472, Leonardo Da Vinci terminó su período de aprendizaje y se inscribió como Maestro en la Corporación de Pintores de Florencia.
Profesionalmente ya estaba habilitado para recibir encargos y montar su propio Taller. De ahí en adelante, su prestigio y talento lo llevaría a recibir múltiples y variados encargos. Sus principales
clientes en adelante fueron los adinerados monasterios, los Médicis de Florencia, los Sforza de Milán, los invasores franceses, los papas Borgia, los republicanos de Venecia, y finalmente el Rey de Francia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Arribe a tu blog buscando otra cosa en youtube y debo reconocer que esta muy bien escrito.

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