¿Recuerdan la polémica que se armó cuando Vicente Fox sacó de Los Pinos un cuadro de Benito Juárez que terminó en Bucareli? Se dijo que era síntoma de su rencor conservador hacia el héroe patrio ya que, cabe recordar, Juárez eliminó el fuero eclesiástico e impulsó la separación Iglesia-Estado de los asuntos públicos. Hoy parece que algunos en Jalisco --incluido el llamado "góber piadoso"-- siguen los pasos del ex presidente. Sin más, a continuación la carta de una lectora.
Laura Campos Jiménez, historiadora:
GUADALAJARA, Jalisco.-- El pasado mes de julio se cumplieron 17 años de la primera Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, celebrada en la ciudad de Guadalajara. El inicio de esta cumbre tuvo verificativo cuando el entonces presidente Salinas cortó el listón inaugural del Parque de la “Solidaridad Iberoamericana”, un predio con características ecológicas ubicado al oriente de la ciudad, el cual fue construido expresamente para tal evento.
En aquella mañana inaugural se izaron las banderas de los países representados y, acto seguido, se develó una efigie en honor a don Benito Juárez García, Benemérito de las Américas y una de las figuras señeras de mayor peso en nuestra historia. Han pasado 17 años de aquel acontecimiento y (al día de hoy), el monumento erigido in memoriam del presidente Juárez no sólo se encuentra en total abandono: su efigie ha sido derribada de la base que le sostenía, su pedestal aparece semidestruido y las letras que en alguna ocasión fulguraran tonos dorados, permanecen opacas y algunas de ellas han sido quitadas.
Este vergonzoso atraco, por decir lo menos, se lleva a cabo ante la indolencia y descuido de la autoridad responsable de este centro ecológico. El responsable directo de este parque es el Gobierno de Jalisco, según documentos oficiales. El abandono y marcado deterioro, no sólo de la efigie del ex presidente de México, sino del citado parque recreativo, en términos generales, es muestra de la notoria incapacidad, ineficiencia y falta de sensibilidad política del titular del Ejecutivo, quien no ha logrado superar los magros resultados de su débil administración.
La animadversión de González Márquez hacia el Presidente Juárez, y los liberales del siglo XIX, fue notoria desde que fue alcalde de Guadalajara. En el libro “Historia y Geografía de Guadalajara” (2005), el cual auspició, se omitió deliberadamente el paso de Juárez por nuestra ciudad y los sucesos colaterales que este acontecimiento produjo. En contraparte, fiel a sus convicciones religiosas y políticas, no cejó en su empeño por exaltar la guerra cristera y a sus protagonistas en esta obra, desdeñando todo contrapeso histórico.
La doctora Patricia Galeana, ex titular del Archivo General de la Nación, señalaba en una entrevista que “desde la asunción del gobierno panista se les ha quitado el nombre de Benito Juárez a 417 calles, plazas y municipios en el país, sustituidos por nombres como San Miguel Arcángel y otros. También al Aeropuerto Internacional Benito Juárez se intentó borrarle el nombre del Benemérito; se le mencionaba como el Aeropuerto Internacional, pero la UNAM hizo una moción de que el nombre del ilustre oaxaqueño, no se le quitara ... Son respetables todo tipo de creencias; pero si estamos en un Estado laico, se tiene que guardar a los santos en los templos y en las plazas públicas a quienes la sociedad en su conjunto quiere darles un reconocimiento”, acotó (La Jornada Guerrero, 6 de septiembre de 2008).
Con el caso antes documentado, se agregaría un dato más a esta burda estadística, no debemos permitirlo, definitivamente. Emilio González Márquez, ante estos acontecimientos, reconoce ser un gobernador al servicio de la jerarquía católica. Desgraciadamente, su universo personal y político, se ha concentrado en trasladar sus creencias religiosas a la esfera pública (construyendo y remodelando templos católicos, apoyando económicamente a diversas asociaciones diocesanas, aportando dinero para literatura cristera, ofreciendo donativos millonarios para un santuario cristero, etcétera), con cargo a los contribuyentes.
González Márquez ignora lo que es un Estado laico y sus valores democráticos, de ahí sus recurrentes transgresiones a la Ley Suprema de nuestro país, alimentando con ello el encono social entre sus gobernados, producto de sus desplantes y de la carencia de oficio político.
1 comentario:
No puedo creer, que algo así pase en esta etapa de la razón humana, que un pueblerino segado por las falsas esperanzas venga a dañar tanto a la historia y a nuestra ciudad, lo único bueno que puedo sentir entre todo esto y siendo muy positivo, es el echo de que la democracia aun existe. ya que el pueblo a elegido a la peor opción como gobernante.
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