MENSAJE DE INVIERNO

Es tiempo de meditar… de observar el biorritmo invernal y reflexionar sobre ello. En alguna parte de cada uno de nosotros observamos como los ideales y principios de nuestra Augusta Orden, con voz participativa y ser social, se debe hoy mas que nunca interiorizar al máximo. Es la esencia de la Masoneria y es como si ésta circulase muy lenta y muy adentro de todos sus miembros.

Es tiempo también de mirar a fondo nuestro papel dentro de la sociedad, es momento de levantar la voz en medio de tanta injusticia y sufrimiento. La seguridad y la comprensión de que un verdadero cambio está en nuestras manos, asi como la posibilidad apática que esto continúe así, es lo que debe elevar a cotas insospechadas la voz de nuestras conciencias o voz interior que, en estos días cercanos al Solsticio de Invierno, es la dueña y señora de la conciencia de la humanidad.

En estos días, si nos paramos a observar podremos reconocer como nuestro cuerpo ha dado vacaciones a nuestra mente. En verdad, es el tiempo más adecuado para vacacionar, para dejar que nuestro reloj biológico se ponga al día, que nuestros cinco sentidos reinicien su labor. Son días para hacer lo que a uno le venga en gana (pero de verdad), que es la única forma de que olfato, gusto, tacto, oído y vista se reconcilien como hermanos y puedan el próximo año realizar su labor con animosidad renovada. No son solo días para cumplir, ni solo días de hacer turismo. Son dias de interiorización, de disfrute y regodeo en lo ya conseguido, en lo conocido. Días en los que no hay que mirarse a la cara sino al corazón y ser sinceros.

Son dias para mirar atrás mirando al presente y hacerse estas preguntas: ¿Cuánto de esto quiero para el próximo año? ¿Quiero más salud? ¿Quiero más trabajo? ¿Quiero más amor? Para los que no sabéis cuantificar en positivo la pregunta sería: ¿Cuánto no quiero de estos problemas (salud, empleo, amor, relaciones)?

Es importante dedicar estos días a un examen de vida intenso y no tener miedo de ponerse nota. Hay que dejar partir el año, hay que morir a lo ya vivido y conservar el germen en forma de deseo, de ilusión, de intención y de esperanza para la renovación, para nacer a la luz del nuevo año. Nacemos sí, pero justo en el punto de partida donde lo dejamos el año anterior y no sirven de nada los buenos propósitos si no hemos realizado una toma de conciencia intima y profunda sobre lo que ha ido mal y lo que ha ido bien en este año 2008 que finaliza, sólo así habremos sembrado la semilla para el año que comienza. Cuando este proceso no se realiza conscientemente el año se reinicia en forma automática y se perderán los documentos que no se hayan guardado previamente.

¿Sabéis que implica esto? Pues que un año y otro se empieza desde cero por lo que remontar los primeros meses del año es un esfuerzo supremo que apenas deja energía para cosechar
nuevos proyectos, nuevas ilusiones. De ahí la frustración, la no consecución de logros y, lo que es peor, la evidencia de que vuestras vidas: salud, dinero, amor, van hacia atrás, en vez de hacia delante. Sí, mis QQ.’. HH.’., viajeros del mundo, estos días son para el descanso de la mente, para la regeneración del cuerpo, de la familia, como símbolo de compromiso emocional, de refuerzo y calor humano.

Pero no os equivoquéis, no son días solo para el amor, sino para la paz, la armonía y la felicidad (dejo para vosotros esta última reflexión). Son dias en los que la razón, el intelecto se va a mostrar torpe, más lento y pausado; donde las personas ya de por sí inconscientes elevaran esta nota a su máxima expresión y donde emergerán, como gotas de aceite sobre agua, aquellas cuestiones de convivencia interior que no hayamos superado en estos últimos meses o años. Y todo esto sucede porque el sol está más lejos que nunca y sus rayos apenas iluminan unas horas nuestras conciencias. Pero la LUZ permanece en nuestro Corazones…

Salud Fuerza Unión

Fraternalmente:
H.’. Sergio Eduardo Carrasco Salazar