SAMHAIN, la Tercer Cosecha y la Fiesta de la Muerte.

Por: Rosa Ma. González Chávez

(Tomado de la Revista "Dark")

Ya se acerca y lo vamos percibiendo, aunque por supuesto, el clima es sumamente benigno y agradable en nuestro país (México). Pero, para los celtas no era lo mismo, se trata de algo mucho más radical; de hecho para ellos, existían solamente dos estaciones: La Luz y la Oscuridad, Verano e Invierno.

Así pues, Samhain coincide con la parte media entre nuestro Otoño y el Invierno y es una antigua festividad nocturna de gran importancia, tanto como lo es Walpurguis (Beltane) y Lammas, o quizás aún mayor, pues las fogatas de Samhain continúan ardiendo año tras año, desde hace siglos y siglos en las Islas Británicas y en Irlanda. Samhain significa literalmente “fin del verano” y se celebra el 31 de octubre en el hemisferio norte. Samhain, recibe también estos otros nombres: Samonis, Última Cosecha, Festival de los Muertos, Festival de Tara o Halloween (Oíche Shamhna o All Hollows Eve a partir de la llegada del cristianismo).

Esta celebración nocturna, busca simbolizar el final del verano y encaminar a las almas de los muertos hacia la luz y su descanso, por lo cual se acostumbra encender hogueras y velas que son colocadas en las ventanas y puertas de entrada de las casas; se dejan también, a similitud de la celebración mexicana de Día de Muertos, algunos alimentos como pan, leche, frutas y dulces, para que las almas se alimenten durante su viaje. La costumbre de ofrendar primordialmente manzanas y granadas, se basa en que el mes de octubre es la época de la recolección de esta fruta; las cuales no solamente son ofrecidas a los muertos, sino también a la Tierra para alimentarla, antes de que caiga en su letargo invernal, por lo cual son enterradas en ella, y no solo eso, también sirven para practicar la adivinación. Las ofrendas bien pueden dejarse en las puertas o ventanas, pero también se pueden colocar sobre la mesa, en la cual se deja vacíos los asientos para los difuntos.

Para los celtas, Samhain es un día privilegiado, pues la puerta que divide los mundos físico y espiritual se abre, dejando la posibilidad a nuestros antepasados de cruzarla y hacerse presentes en el mundo material. Durante este día, como en ningún otro, la comunicación con los antepasados puede ser maravillosa, lo mismo que la adivinación y la profecía encuentran la vía idónea para tener acceso al porvenir. Es un día de mucho poder mágico, dado que gobierna la regente nocturna de los espíritus de los árboles.

Al ser Samhain el primer día del invierno, previamente toda la cosecha tenía que recolectarse bajo techo - cebada, avena, trigo, nabos, y manzanas – pues en cuanto llegara noviembre, los faeries (especie de hados malos o espíritus metafísicos en forma de terribles seres sobrenaturales) arruinarían a cada planta creciente y marchitarían a las bayas con su respiración. Se recolectaba también madera que era apilada dentro de los hogares para las fogatas del invierno. La preparación para el festejo proporcionaba a la familia un rato feliz; todos los miembros de la casa trabajaban juntos para hornear, salar la carne, y la preparar de los terrenos destinados a los banquetes del Año Nuevo.

En cada casa el fuego era apagado y se esperaba la señal de los druidas para encender el Fuego del Año Nuevo de todo el pueblo en una gigantesca hoguera. Rezos personales podían confeccionarse bajo la forma de objetos que simbolizaran los deseos de los suplicantes o de las dolencias que debían curarse y eran echados al fuego; la gente sentía la llegada de nuevos sueños, proyectos y esperanzas hacia el año por venir; es importante mencionar que aún creen los escoceses que si un niño nace durante el Samhain, tendrá el don de la clarividencia.

Hay cierta narración que cuenta las memorias de un viajero que fue testigo de haber visto encenderse al mismo tiempo a 30 de estas fabulosas hogueras en las cimas de los montes cercanos en Escocia, en el año de 1860, y cada hoguera estaba rodeada por un círculo de personas bailando a su alrededor. Al apagarse las hogueras, sus cenizas eran dispersas en los campos para protegerlos durante el invierno y mejorar el suelo para la futura siembra.

En los momentos cruciales del año céltico, los Dioses se acercaban a la Tierra y se realizaban muchos sacrificios y ofrendas a ellos para que les brindaran una buena cosecha. El cambio de estaciones para los celtas adquiría una importancia mágica. Samhain es el tiempo del no tiempo, pues se consideran como una intervención mágica donde las leyes del tiempo y el espacio están suspendidas y la barrera entre los mundos desaparece…Era la noche más importante de oración, ya que era el último día de la cosecha y el comienzo del invierno.

Algunas brujas recitan este canto para invocar y dar la bienvenida a los ancestros:

And so it is, we gather again,
The feast of our dead to begin.
Our Ancients, our Ancestors we invite, Come!
And follow the setting of the sun.

(Y aquí estamos reunidos otra vez,
El banquete de nuestros muertos va a comenzar.
¡A nuestros ancestros, a nuestros antepasados invitamos, ¡Vengan!
Y sigan a la puesta del sol.

Whom do we call? We call them by name
(Name your ancestor that you wish want to welcome.)

(¿A quien llamamos? Nosotros los llamamos por su nombre)
(se nombra el nombre de los ancestros a los que se da la bienvenida).

The Ancients have come! Here with us stand
Where ever the country, where ever the land
They leave us not, to travel alone;
Flesh of our flesh, bone of our bone!

(¡Los ancestors han venido! ¡Aquí con nosotros están!
Donde siempre el campo, donde siempre la Tierra
No nos dejan para viajar solamente;
¡Carne de nuestra carne, hueso de nuestro hueso!

Grandmothers, Grandfathers, Great be their Power!
Past ones and present-at this very hour!

(Abuelas, abuelos, grande sea su energía
¡Más allá de unos y presente en esta misma hora!)

Welcome within are the dead who are kin,
Feast here with us and rest here within
Our hearth is your hearth and welcome to thee;
Old tales to tell and new visions to see!

(Bienvenidos sean los muertos que son nuestros parientes,
Coman aquí con nosotros y descansen aquí dentro
Nuestro corazón es su corazón y sean bienvenidos al thee;
¡Viejos cuentos para contar y nuevas visiones para ver!

Originalmente Samhain era un festival de tres días que marcaba la vuelta de las manadas desde los pastos de verano y de la matanza de los animales para la carne del invierno. Todas las fiestas celtas se celebraban en la víspera del día correspondiente, ya que ellos calculaban los días desde la puesta del sol a su salida. Teniendo esto en mente, el calendario ritual empezaba cuando el sol se estaba poniendo.

La víspera de esta fiesta era una de las grandes noches espirituales del pueblo celta y era también una época de purificación., pues era una fiesta de muertos, de los muertos pasados, del año pasado y del final del ciclo completo de la rueda celta de la vida, pues los celtas bretones no hacían distinción entre los vivos y los muertos, ya que creían que ambos habitaban este mundo, siendo unos visibles y los otros no.

El intento cristiano por convertir a los celtas, que pensaban que ellos adoraban al diablo (aunque el concepto de diablo no existía en la religión celta), convirtió a Samhain en el Día de Todos los Santos, adoptando este festival para convertirlo en religioso. Su primer nombre religioso fue “Michaelmas” en honor de San Miguel, pero no pudo ser combatida por un solo santo y por ello se le llamo “De Todos los Santos”.

En México, igualmente se celebraba el Día de los Muertos para celebrar a las almas de los antepasados, así como a la Diosa azteca Tonantzin, Diosa del Maíz. Lo mismo los aztecas levantaban las cosechas a finales de octubre y principios de noviembre y al hacerlo ponían ofrendas de flores, tamales de maíz, candelabros de barro, braceros con incienso y platillos del gusto del difunto. Las velas o veladoras para ambas culturas son los faros que guían al difunto hacia la casa.

Los cristianos anteriormente hacían sonar las campanas de las iglesias toda la noche del 31 de octubre para apurar a las almas de los muertos en su paso a través del purgatorio. En Irlanda los bailarines imitaban a los cisnes, pues los dioses y los espíritus bendecidos tomaban la forma de un cisne.

Se reafirma la creencia en la unidad de todos los espíritus (las almas tanto de vivos como de muertos) y a la resolución firme de que la muerte no es el final de nuestra existencia, pero es también un punto crítico en el ciclo del año, pues los días y las noches con sus periódos de luz y sombra son iguales.

Con Samhain empieza la mitad oscura del año, por ello es también un momento propicio para honrar a la Diosa Oscura en sus diversas encarnaciones. Para los pueblos celtas ésta tomaba la forma de la Morrigan, diosa de los muertos y las batallas.

Empieza esa mitad del año en que trabajamos en nosotros mismos más que en nuestra relación con los demás. Por ello Samhain o la Noche de los Muertos nos recuerda que la sombra, nuestra sombra o “lado oscuro” es tan parte de nosotros como la luz. Recordemos que desde nuestros más profundos abismos nacen nuestros más grandes cambios, aprendizajes y avances. No en vano, en estas fiestas la imagen del sol se despide de la Tierra por los meses de invierno. Es en soledad y descanso que la tierra se renueva; es una de las ocasiones para celebrar que para renacer hay que morir y que desde la oscuridad se engendra la vida.

Ejemplos curiosos de prácticas adivinatorias vigentes durante esta noche

Una de las adivinaciones se realizaba con una manzana o con nueces y velas; se creía especialmente en las propiedades mágicas del manzano y sus frutos. Un ejemplo es este: Antes de la medianoche, siéntate frente a un espejo en un cuarto iluminado solamente por una pequeña vela o por la luz de la luna, acallando tus pensamientos y tus emociones, haz una pregunta y corta la manzana en nueve partes, luego da la espalda al espejo y come ocho de sus partes; la última parte arrójala contra el espejo por encima de tu hombro… voltea por sobre tu hombro y observa lo que se haya formado en el espejo, ello te dirá la respuesta.

Otra costumbre muy extendida consiste en escribir en un papel lo que deseamos conseguir o eliminar de nuestras vidas durante esta noche de Fin del Año Viejo y quemarlo en una hoguera o en la llama de una vela.

También pueden recogerese tres piedras de un río con los ojos cerrados y tomarlas con el dedo medio y el pulgar, recitando esto mientras se recolecta cada una:
“Togaidh mise chlach,
Mar a thog Moire da Mac,
Air bhrìgh, air bhuaidh, ‘s air neart;
Gun robh a chlachsa am dhòrn,
Gus an ruig mi mo cheann uidhe.
Estas piedras se colocan bajo la almohada y se pide tener un sueño que nos oriente en la solución a un problema, y las piedras nos lo darán.