NECESARIO Y DESEABLE CONTINUAR CON LA RUTA ESOTERICA

LAS ALMAS HAN PERDIDO SUS ALAS..

EL ABANDONO DEL ESOTERISMO Y EL "DE PROFUNDIS" DE LA FRANCMASONERIA.

Por el V:.H:. FABIO VENZI.
Gran Maestro de la Gran Logia Regular de Italia.

Discurso pronunciado ante la Primera Comunicación de la Gran Logia Regular de Italia ,Roma Febrero 25 de 2006.

Traducción: ALONSO BERRÍO CÁRDENAS.

V:.M:. R..L:.S:.ARMONÍ A NO.39, Or:. MEDELLÍN, GRAN LOGIA DE COLOMBIA.

Septiembre 08 de 2006 .

“Prestad atención, Hermanos míos, a cada ocasión en la que vuestros espíritus hablen en símiles : allí está el origen de vuestra virtud “

(Friedrich Nietzche, “Así hablaba Zaratustra”,XXII,” La Virtud Aplicada”.

Queridos Hermanos :

Las almas han perdido sus alas. Así he querido titular mi discurso de hoy para inspirarme en la metáfora de origen Platónico ( Phaedrus 246) “ de perder las alas”. Esta metáfora ha sido reiteradamente utilizada en la literatura patrística para denotar tanto la ausencia de ímpetu del alma hacia lo celestial, lo divino, como su direccionamiento hacia lo inferior, lo material, esto, en una palabra, hacia lo corpóreo ( Gregorio de Niza, “Homilías sobre las Beatitudes”).

Se ha discutido suficientemente sobre la secularizació n, la pérdida de relación con lo sagrado, la visión nihilista y relativista del futuro, características todas de una sociedad que, como la actual, parece haber decidido concientemente “perder las alas”.

A la luz de estas premisas es obvio que la Francmasonerí a corre un grave riesgo, y ésta es la razón por la cual me gustaría discutir hoy con ustedes un problema crucial para nuestro futuro : el abandono del Esoterismo.

En un contexto histórico en el cual es evidente la ausencia de valores éticos y morales, puede ser muy importante proponer , a través del vehículo esotérico, una sólidas ética y moralidad masónicas, basadas en lo trascendente.

Es posible a través del esoterismo lograr una ampliación y un despertar de la consciencia del hombre, de manera que sea capaz de sentir la presencia de lo sacro en la vida cuotidiana y de moldear su existencia con este descubrimiento.

La iniciación es el corazón del esoterismo y está fundamentada en una serie de prácticas y lecciones míticas y rituales. Su propósito es proyectar al iniciado hacia un más alto nivel de vida a través de un camino interior.

Hay misterios íntimamente ligados a la iniciación y los ritos iniciáticos requieren de una serie completa de actos simbólicos. Desde este punto de vista me gustaría hoy subrayar el hecho que si queremos que la Francmasonerí a continúe viva, es absolutamente necesario un SERIO CONSCIENTE y PRONTO REGRESO AL ESOTERISMO DENTRO DE LOS TEMPLOS MASÓNICOS (subrayado del traductor ).

Hace unas pocas semanas, visitando una Logia, un Hermano me preguntó ( refiriéndose a mi primer discurso como Gran Maestro en el cual expuse mi programa ) que cuándo iba yo a emprender el último de los 4 puntos que yo deseaba desarrollar con ustedes : el esotérico. Mi programa traza una ruta que comienza desde el simple enfoque sociológico, que define a la Francmasonerí a como una asociación. El siguiente paso es el histórico, en el cual distingo entre la Francmasonerí a continental y la Anglo Sajona. Luego llego a la filosofía del pensamiento masónico que, en mi opinión, asume características que inequívocamente provienen del Neoplatonismo. La última y más delicada fase es el aspecto esotérico de la Francmasonerí a.

¿Cómo responder a la pregunta del Hermano?

Primero que todo, es necesario que nos preguntemos si el esoterismo es una doctrina, una disciplina o una teoría. Sabemos perfectamente que ninguna de estas respuestas es correcta. Ningún esoterista podría aceptar jamás responder a la pregunta “¿Qué es el esoterismo?” ya que no es posible “hablar” sobre esoterismo o intentar explicarlo sin reducirlo a alguna cosa.

El esoterismo es una inspiración del alma que necesita tensión mental y presencia espiritual cuando es practicado.

De lo contrario, todo lo que hagamos dentro de un Ritual Masónico no tendrá sentido ni tampoco algo que ver con lo esotérico. Si un ritual perfectamente conocido y llevado a cabo es el non plus ultra para una ceremonia esotérica, un ritual confuso y tartamudeante convierte la ceremonia en algo aburrido e incomprensible. Muy a menudo, la repetición memorística del ritual, la rigidez de la expresión en los rostros de los Hermanos cuando tratan de recordar las palabras exactas, la total falta de sentimiento e interpretació n que no produce empatía alguna con el Hermano al que nos estamos dirigiendo-conviert en al Ritual en un rosario estéril, en una especie de mantra sin sentido.

En este caso, lo más que podríamos hacer sería definirnos como estudiosos del esoterismo, es decir, que estamos interesados en él y lo estudiamos, pero nunca podríamos autodefinirnos como esoteristas, o sea, como sus practicantes.

En la base del esoterismo hay una sutil intuición, que es una cierta clase de profundo conocimiento que no puede ser explicado o comunicado ya que es peculiar a esa alma en particular, pero que puede ser compartido entre Hermanos.

El verdadero esoterista “sabe” y no estudia, respeta la disciplina del Arcano sin revelarlo, por temor a degradar aquello que ha sido revelado.(1) .

Los estudiosos no masones del pensamiento masónico pueden por lo tanto escribir sobre el tema solamente a un segundo nivel de conocimiento, porque el primero está necesariamente reservado a los Iniciados.

Podríamos en el futuro estar interesados en dos aspectos básicos del esoterismo : la gnosis, el conocimiento regenerativo y el hermetismo, el lenguaje inaccesible.

La Gnosis, que parece una teoría, es , por el contrario, una práctica que consiste en una búsqueda continua y en hallazgos intermitentes. El Hermetismo, que parece una práctica, es en cambio una especulación sobre la lectura de los signos y sobre la escritura de los símbolos. El iniciado es aquél que posee el conocimiento, precisamente la Gnosis.

Esto nos trae a una pregunta posterior:

¿Es suficiente, para convertirse en Masón, únicamente ser considerado “hombre libre y de buenas costumbres”? ¿Puede uno ingresar a la Francmasonerí a únicamente porque “cree en ella”? Estoy convencido de que lo, anterior NO es suficiente y que es necesario que este candidato tenga en sí mismo una intuición, una ambición de conocimiento, un peculiar comportamiento espiritual, una fuerte voluntad del intelecto, una sensibilidad y una predisposició n del alma y un gran amor por el conocimiento.

Es justamente este amor por el conocimiento lo que debe siempre inducirnos a investigar el sentido de lo que a menudo repetimos sin comprender .Podríamos descubrir, por ejemplo, que la más conocida y utilizada definición de Francmasonerí a .. “ un sistema Moral velado por alegorías e ilustrado por símbolos” puede contener una contradicción lingüística : si no tenemos nada que objetar a la primera parte de la definición, es decir, “velado por alegorías”,ya que por definición una alegoría “ permite representar un ideal o concepto moral o religioso velándolo con una imagen que expresa una realidad diferente y autónoma”(Diccionario UTET), con respecto a la segunda parte, “ilustrada por símbolos”, pienso que estamos en presencia de una ambivalencia de términos.

Podría pensarse que este análisis es capcioso y casi un sofisma. Todo lo contrario : soy un convencido de que el exacto significado de los términos “símbolo” y “ alegoría” es extremadamente útil.

El Diccionario Italiano Devoto Oli define el símbolo como “ un signo efectivo, condensado, solemne y correspondiente a contenidos o valores particulares o universales : la bandera símbolo del país, el corazón, símbolo de la familia…” El Diccionario UTET indica que el símbolo es : “ lo que ( realidad sensible, imagen, objeto, persona, animal ,etc.) evoca o representa un concepto abstracto, una condición, una situación, una realidad general con frecuencia perteneciente a la esfera de lo sagrado…una representació n gráfica que evoca una realidad o un concepto abstracto..una imagen o muchas imágenes, en su mayor parte obscuras o enigmáticas, que hacen el conocimiento esotérico incomprensible a los no iniciados o que permite transmitir conocimiento a otras personas que no puede ser comunicado por otros medios.”

Por tanto, sería mucho más correcto afirmar que la Francmasonerí a es un sistema de moral velado por alegorías y comunicado, transmitido o más bien evocado por medio de símbolos pero no ilustrado, ya que el símbolo, debido a su propia naturaleza, tiende a velar una esencia que no puede ser representada y que sólo puede ser evocada entre iniciados.

Por lo tanto, en este punto, no podemos en formular una pregunta : ¿En dónde, dentro de nuestros Rituales, nos encontramos en presencia de alegorías, y en dónde, por el contrario, en presencia de símbolos?.

A la luz de estas premisas, los símbolos sólo pueden ser las herramientas de trabajo del Aprendiz, del Compañero y del Maestro Masón. Simbolizan según las circunstancias, las 24 horas del día, la consciencia, la instrucción, la Ley Moral, la igualdad, la Justicia, la Rectitud, etc. Otros símbolos son el Pavimento Mosaico, el Tablero de Trazado, la Letra G , la Estrella Flamígera ( que representan la quintaesencia, el microcosmos y el hombre).

La leyenda de Hiram Abif, concerniente a la muerte del arquitecto constructor del Templo es por consiguiente una alegoría, siendo una figura retórica cuyo concepto de muerte y resurrección se expresa a través de unas representació n sensitiva o fantástica, principalmente antropomórfica.

Como hemos visto, la alegoría se distingue del símbolo porque la relación entre el símbolo y la cosa simbolizada es tal que el primero substituye por completo a la segunda, mientras que la representació n alegórica es una transfiguració n o más bien, un regreso de lo sensitivo a lo inteligible. De aquí se deduce el valor básico gnoseológico cognitivo de la alegoría y la importancia de su utilización en una sociedad esotérica iniciática. De hecho, si es verdad que nuestro conocimiento va de lo sensitivo a lo inteligible, la alegoría tiene la función precisa de traernos lo que por su propia naturaleza es difícil de captar por la mente, permitiéndonos expresarlo a pesar de las deformaciones de su presentación sensitiva.

El símbolo es diferente del signo porque además de ser una indicación es también una representació n de la cosa significada. Por ejemplo, una bandera en u barco puede simplemente indicar su nacionalidad, o ser el símbolo de una nación. En la base de un símbolo existe un enlace que puede ser de varios tipos, ontológicos o meramente convencionales, pero lo que nos interesa es que este vínculo involucra una total substitución de manera que el símbolo está en el lugar de lo que es simbolizado y cumple las funciones de éste.

Antes de emprender nuestro camino por los senderos del hermetismo y la gnosis, será necesario familiarizarnos con estos conceptos básicos. Sin un adecuado conocimiento del simbolismo y de su interpretació n esotérica y sin un buen conocimiento de las religiones en general, todo ritual se convertirá simplemente en un ejercicio memorístico.

El simbolismo es para la Francmasonerí a una exigencia fundamenta a la que no se puede renunciar. A través de él, tenemos la posibilidad de penetrar, vía intuición, el velo de los más ocultos misterios y al mismo tiempo podemos conseguir adaptar el mensaje al grado de conocimiento del receptor. La peculiar naturaleza de la comunicación simbólica es le de ser susceptible de varios grados de interpretaciones, dependiendo del nivel de quien esté cuestionando el texto. Una determinada expresión permanecerá muda para el neófito o le comunicará un mensaje muy simple e inmediato. Pero para “aquél que sabe”, es decir, que tiene la clave correcta para una lectura interpretativa y la sensibilidad adecuada, un solo signo simbólico le abrirá un mundo entero de analogías e implicaciones. El símbolo místico da a la piedra bruta un pequeño barniz de verdad, y abre a la piedra pulida el profundo sentido de la búsqueda interior.

En el contexto histórico de hoy, que la doctrina Hindú define como el Kali Yuga o Edad Obscura ( la 4ª y última era de un ciclo progresivo de oscurecimiento de la espiritualidad) , en una sociedad que Guénon definió como el Reino de la Cantidad por la tendencia a reducir todo fenómeno al punto de vista cuantitativo, es por lo tanto necesario y deseable continuar la Ruta Esotérica de la Francmasonerí a, el último bastión contra el hombre-masa.

Esta es, en mi opinión, la única manera de” cabalgar el tigre”, como diría Julius Evola, es decir, estimular al hombre a resistir en un mundo estandarizado y sin puntos de referencia y a menudo hostil, a aferrarse a la fuerza de la Tradición y a estar seguro de su propia individualidad.

En el vacío de los valores tradicionales, el único representante de la tradición sigue siendo la figura Prometeica d el Francmasón, un hombre que intenta defender su espacio y su tiempo, dueño de su propia existencia. Según el filósofo José Ortega y Gasset en su “La Revuelta de la Masas”, cada civilización yace en una condición de inseguridad y necesita un propósito que la preserve con el fin de no caer en la barbarie ; un esfuerzo tal puede necesariamente estar sustentado por hombres resueltos a vivir según principios y deberes imperativos.

Estos hombres han representado la aristocracia de cada sociedad y es éste el papel al cual el Francmasón está llamado.

Muy R:.G:.M:. Fabio Venzi.

Roma Febrero 25 de 2006.