LA FRANCMASONERÍA, UNA HERENCIA DE MUY REMOTA ANTIGUEDAD

El Sanctus sanctórum de la Francmasonería es adornado con las joyas gnósticas de miles de años; sus rituales suenan con las palabras divinamente inspiradas de videntes y sabios. Cien religiosos han traído sus regalos de la sabiduría a su altar; las artes y las ciencias sin numerar han contribuido a su simbolismo.

La francmasonería es una universidad mundial, enseñando las artes liberales y las ciencias del alma a todos quién vaN a escuchar a sus palabras. Sus sillas son los asientos del aprendizaje y sus pilares sostienen un arco de la educación universal. Sus estandartes son inscritos con las verdades eternas de todos los años y sobre aquellos que entienden sus profundidades sagradas ha alboreado la realización lo que dentro de los Misterios Francmasónicos está escondido arcana perdido hace mucho buscado por todos los pueblos desde la génesis de la razón humana.

El poder filosófico de la Francmasonería está en sus símbolos - su herencia inestimable de las escuelas de Misterios de la antigüedad. En una carta a Robert Freke Gould, Albert Pike escribe:

"Comenzó a formarse a mi visión intelectual en algo más imponente y majestuoso, solemnemente misterioso y magnífico. Me pareció como las Pirámides en su soledad, en cuyas cámaras aún no descubiertas pueden ser escondidas, para la aclaración de generaciones próximas, los libros sagrados de los egipcios, entonces mucho tiempo perdidos al mundo; como la Esfinge a mitad del desierto sepultada. En su simbolismo, del que su espíritu de hermandad son la esencia, la
Francmasonería es más antigua que cualquiera de las religiones vivas del mundo. Tiene símbolos y doctrinas que, más viejos que Zarathustra, ha inculcado; me pareció un espectáculo sublime, aunque lamentable - la Fe antigua de nuestros antepasados que resiste el andar del mundo, sus símbolos que una vez fueron tan elocuentes, en silencio y en vano pide a un intérprete. Y entonces vi por fin para que la grandeza verdadera y la majestad de la Francmasonería consiste en que ella posee éstos y sus otros símbolos; y que su simbolismo es su alma."

Aunque los templos de Tebas y Karnak sean ahora montones majestuosos de piedra rota y derribada por el tiempo, el espíritu de la filosofía egipcia todavía marcha triunfante a través de los siglos. Aunque los santuarios tallados de la piedra de los Brahmanes antiguos han sido
abandonados y su grandiosidad desmigados en el polvo, de todos modos la sabiduría del Vedas dura. Aunque se hizo callar a los oráculos y la Casa de los Misterios ahora solo muestra las filas de sus columnas fantasmales, todavía brilla la gloria espiritual de Hellas con el paso del tiempo no disminuyó. Aunque Zoroastro, Hermes, Pitágoras, Platón, y Aristóteles sean ahora memorias débiles en un mundo una vez mecido por la trascendencia de su genio intelectual, todavía en el
templo místico de la Francmasonería estos hombres-Dios viven otra vez a través de sus palabras y símbolos; y el candidato, pasando por las iniciaciones, se siente cara a cara con los iluminados hierofantes, cuya edad tiene mucho tiempo por delante.

"Ya que la naturaleza ha diseñado el cuerpo humano de modo que sus miembros sean debidamente proporcionados al marco en conjunto, parece que en la antigüedad habían buenas razones para explicar esa regla, pues en el edificio perfecto los miembros diferentes deben mantener relaciones simétricas exactas con el esquema general entero. De ahí, transmitiéndonos
la forma apropiada para construir edificios de todas las clases, aquellos tuvieron cuidado para hacerlo así con los templos de dioses, edificios en los cuales los méritos y las faltas por lo general duran para siempre. Por lo tanto, si el número estaba inspirado en los dedos humanos, hay una correspondencia simétrica entre los miembros por separado y la forma entera del cuerpo, de acuerdo con una cierta parte seleccionada como el estándar, podemos tener solamente el respeto para aquellos que, en la construcción de templos de dioses inmortales, hicieron coincidir la labor de sus miembros con partes separadas de ellos, es decir, el diseño entero puede armonizar en sus proporciones y simetría. "(Ver los Diez Libros en la Arquitectura).

Por unos se cree que San Pablo fue iniciado en los Misterios Dionisiacos, ya que en el décimo verso del tercer capítulo de Primer Corintios él se llama "un constructor- maestro" o adepto: "según la gracia de Dios que es dado en mí, como un constructor- maestro sabio, he puesto la fundación y otro construye sobre eso." Como supervivencia de los ritos Dionisiacos antiguos, los dos diagramas de Cesariano, acompañandos este capítulo son del valor incalculable al arquitecto místico moderno.

Aquí se representada la Palabra misteriosa de Platón que fue crucificado en el espacio antes de la fundación del mundo. El autor anónimo del Canon escribe:

"El Logos o el alma del mundo, según Platón, el griego Hermes, y Cristo, según los cristianos Gnósticos, son todos lo mismo como el hebreo Adán Kadmon, que es la segunda persona de la tríada cabalística. Hermes Cyllenian, descrito por Hippolytus, tan exactamente se parece al
hombre menor encontrado en la edición de Cesariano de Vitruvius, que puede pensarse justificadamente que ellos son idénticos."

Después de relacionar la figura a Dionisio con la herida de hojas de vid en el pelo, el mismo escritor concluye: "aquí tenemos claramente una supervivencia curiosa de la deidad cósmica
de Grecia, copiada y desfigurada por los delineantes ordinarios de la Edad Media, pero fielmente conservado, y reconocible al último." Figuras similares deben ser encontradas en "Filosofía Oculta" de Agrippa. Sin embargo, los diagramas de Cesariano, no son la llave más adecuada para su interpretación.

Agrippa declara que el hombre contiene en él todos los números, medidas, pesos, movimientos, y elementos. La doctrina secreta de la Francmasonería, así como los Arquitectos Dionisiacos, está
preocupada principalmente por realizar el esfuerzo para medir o estimar filosóficamente las partes y proporciones del microcosmos, de modo que por el conocimiento se pueda derivar de allí la ambición suprema de su arte y pueda ser realizada - la creación de un hombre perfecto.